En nuestra casa la cría es totalmente familiar, por lo que sólo tenemos camadas puntuales. Cada cachorro recibe una atención minuciosa desde su primer día de vida. La cría familiar tiene un ritmo propio, sin prisas ni calendarios fijos, ya que las camadas llegan sólo cuando podemos dedicarnos por completo a ellas.
Cada recién nacido recibe una atención que sería imposible en un entorno más grande: horas de observación, contacto diario, seguimiento individual y nuestra presencia constante que nos permite detectar cualquier cambio, por pequeño que sea. Vivir en casa con nosotros, les da algo muy valioso: socialización en una familia. Crecen rodeados de sonidos cotidianos, rutinas normales, personas, otros animales... y eso se nota. Los cachorros se desarrollan más seguros, curiosos y con un nivel de socialización que solo se consigue cuando forman parte de la vida diaria de una familia.
La actividad de cría desarrollada en Nalab Labradores se ajusta estrictamente a lo dispuesto en la Ley 7/2023 de 28 de marzo, de protección de los derechos y el bienestar de los animales, así como las obligaciones derivadas de su normativa de desarrollo y de la legislación autonómica aplicable en materia de identificación, registro, tenencia y transmisión de animales de compañía de Castilla-La Mancha.
Hemos desarrollado nuestras condiciones de entrega, basadas en los principios jurídicos de bienestar, prevención, trazabilidad, control sanitario y responsabilidad proactiva que establece la Ley 7/2023 para los criadores profesionales, además de otras medidas que pese a que no son imperativas a nivel normativo, forman parte del estándar ético que en Nalab Labradores aplicamos para mejorar la aptitud sanitaria, conductual y funcional de los ejemplares entregados, tales como pruebas radiográficas certificadas de displasia de codos y caderas, así como test genéticos de las principales enfermedades hereditarias relevantes de la raza.