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El Síndrome de disfunción cognitiva (Alzheimer Canino) es un trastorno neurodegenerativo de evolución progresiva que afecta a los perros mayores, caracterizado por un deterioro gradual de sus capacidades cognitivas y que se manifiesta con alteraciones de la conducta.
La cognición, en sentido general se refiere a los procesos mentales que engloban la percepción, el conocimiento, el aprendizaje, la memoria y la toma de decisiones. La cognición, posibilita por tanto que el animal reciba información del entorno, la procese, la retenga y decida en consecuencia cómo actuar.
Cuando estas capacidades se reducen o se alteran, los animales manifiestan principalmente cambios en su relación con la familia, pérdida de los hábitos higiénicos y otras conductas aprendidas, cambios en los hábitos del sueño así como desorientación, confusión y alteraciones en su nivel de actividad.
El Alzheimer canino provoca cambios en como se relaciona con la familia
Al afectar a perros mayores, la probabilidad de que estos padezcan otras enfermedades distintas a la disfunción cognitiva que nos dé lugar a confusión es mucho mayor de lo que ocurre en perros más jóvenes. La enfermedad va avanzando de manera lenta y progresiva por lo que las primeras manifestaciones de deterioro cognitivo pueden pasar desapercibidas para la familia, dándonos cuenta cuando ya está en una fase mucho mas avanzada.
Todavía no está del todo claro cuáles son los mecanismos precisos responsables de los signos observados en los animales afectados. Se sabe que la edad avancada provoca alteraciones como:
Pérdida de masa encefálica.
Aumento del tamaño de los ventrículos (espacios llenos de líquido cefalorraquídeo que se encuentran en el cerebro).
Calcificación de las meninges.
Desmielinización (pérdida de la funda de mielina, una sustancia que recubre el axón de las neuronas que permite una mayor rapidez en el impulso eléctrico de las mismas).
Degeneración neuroaxonal.
Reducción del número de neuronas y muerte neuronal (apoptosis).
Partes principales de una neurona, entre las que destacan las dendritas, el soma y el axón.
Espacio sináptico: lugar de intercambio de neurotransmisores entre las neuronas.
Por establecer una comparación, el Síndrome de Disfunción Cognitiva es similar a la enfermedad del Alzheimer en los humanos, produciéndose además otras alteraciones más específicas propias de los perros. A nivel cerebral se suceden cuatro procesos cerebrales principales:
Depósito de sustancia B-amiloide en el cerebro. Esta proteina es neurotóxica, acumulándose en el cerebro tanto dentro como alrededor de las neuronas. La cantidad acumulada de esta sustancia está directamente relacionada con la gravedad del síndrome de disfunción cognitiva (alzheimer canino). Esta sustancia se acumula en diferentes partes del cerebro del perro, y dependiendo de las zonas afectadas, los síntomas mostrados por el animal serán diferentes. Esto debemos tenerlo en cuenta a la hora de realizar un tratamiento veterinario.
Aumento de los radicales libres. Son moléculas inestables que se elaboran durante el metabolismo normal de las células. Los radicales se acumulan en estas y dañan sus moléculas como el ADN celular, lípidos o proteínas. Se produce por tanto un daño celular y muerte celular (apoptosis).
Afectación del flujo sanguíneo cerebral.
Reducción en la producción de neurotransmisores en el espacio sináptico, especialmente las catecolaminas y acetilcolina.
Proceso de Apoptosis (muerte celular): es un proceso necesario cuando las celulas son cancerígenas, no obstante si el proceso se descontrola se produce una reducción considerable del número de neuronas.
Sustancia B-amiloide responsable en gran parte del Alzheimer Canino.
Los síntomas que se manifiestan debido al deterioro neuronal propio del síndrome son variados. No obstante, normalmente suelen mostrar cinco síntomas principales:
Desorientación: Algunos perros con Síndrome de Disfunción Cognitiva parecen perdidos dentro de la casa o en la calle, mantienen la mirada fija en el espacio, permanecen ensimismados en una esquina, se dirigen hacia una puerta equivocada o por el lado incorrecto de la misma o simplemente deambulan sin ningún propósito. Es importante diagnosticar si puede existir pérdida de visión y oído en los perros, que pueda ser la causa de estas conductas en lugar de una degradación cerebral.
Interacciones con las personas u otros animales: la interacción de los perros con Síndrome de Disfunción Cognitiva (Alzheimer canino) con la familia puede llegar a reducirse y hacerse menos intensa. De hecho, en ocasiones el perro puede llegar a no reconocer a alguno de los miembros. Esto lo notaremos debido a que no viene a saludar al llegar a casa como sí hacía anteriormente. También puede darse la situación contraria, es decir un aumento de las interacciones con la familia y las conductas de búsqueda de atención. Y por último se da un aumento de la irritabilidad con conductas agresivas hacia los miembros de la familia o hacia otros perros. Debemos descartar enfermedades que le causen dolor, y que por lo tanto aumenten su irritabilidad o patrones del sueño.
Dormir: alteraciones del ciclo sueño-vigilia. Los perros con Síndrome de disfunción cognitiva pueden dormir más durante el día y permanecer despiertos por la noche, gimiendo, vocalizando o paseando de un lado para el otro.
Eliminaciones inadecuadas: los animales que previamente habían aprendido a eliminar en el lugar adecuado, parecen olvidarlo. Lo más frecuente es que se orinen en la vivienda. Ocurre en ausencia de cambios ambientales u otros problemas médicos. El perro orina o defeca en varios lugares, sin reparar en la presencia o ausencia de la familia.
Alteraciones en su nivel de actividad: en algunos casos el perro muestra una reducción en su actividad normal, como menor interés por explorar, acicalarse o alimentarse. En casos avanzados algunos de ellos manifiestan todo lo contrario, un exceso de actividad deambulatoria o conductas compulsivas como autolamido excesivo.
Suelen mantener la mirada fija en el espacio o ensimismados en una esquina
Orina y defeca en la casa cuando previamente no lo hacía
Si medicamente el animal no presenta ningún problema (neoplasias cerebrales, pérdida de visión y oído, endocrinopatías, enfermedades parasitarias, patologías que le causen dolor, alteraciones cardiovasculares, etc) se puede pensar en un Síndrome de Disfunción Cognitiva. También es muy común la comorbilidad del Alzheimer canino con el desarrollo de Ansiedad por Separación y fobias a ruidos fuertes, cuando previamente el animal no mostraba aversión hacia ellos.
El tratamiento requerirá la intervención obligatoria del veterinario, mediante el abordaje en 3 líneas principales:
Modificación de conducta y entorno.
Terapia farmacológica (consulta con el veterinario).
Control nutricional (antioxidantes, vitamina E y la L-Carnitina).
Está orientada a hacer más reconocible, predecible, familiar y confortable el ambiente donde vive el animal y estimular mentalmente al perro. Algunas de las medidas recomendadas son:
Señalar claramente las puertas de salida y los lugares de descanso con una luz, sonido o un olor para evitar la desorientación, debido a que suelen acabar encajados entre muebles o electrodomésticos. Por ejemplo podemos utilizar las luces de noche para los niños, colocadas al lado de la cama del animal para combatir su desorientación por la noche.
Podemos usar las luces nocturnas de los niños como guía de la cama del perro
Debemos evitar mover el mobiliario de sitio para evitar la desorientación del animal
Incrementar el número de descansos y bebederos del perro
Instalar rampas o escalones acolchados para facilitar la deambulación por la casa.
Evitar los cambios importantes en el entorno del animal, como cambios del mobiliario, para no incrementar la desorientación.
Proporcionar un acceso más frecuente a los lugares apropiados para la eliminación, especialmente después de comer, dormir o jugar.
Establecer una rutina diaria estricta en todas las actividades del perro, por ejemplo en cuanto a paseos, comidas, juegos y horarios de sueño, para aumentar la predictibilidad de las mismas.
Aumentar la interacción con la familia, recuperando y practicando órdenes sencillas de obediencia, o incorporando varios periodos de juego diario, de corta duración, sencillos y que terminen de forma positiva para el perro como buscar, donde el animal pueda encontrar fácilmente premios escondidos.
Estimular mentalmente al animal mediante el uso de juguetes interactivos por ejemplo, juguetes dispensadores de comida como Kong, Active Ball etc.
Realizar ejercicio adecuado al estado físico del perro.
El perro senior debe realizar ejercicio físico adaptado a sus capacidades